viernes, 17 de febrero de 2012

El Sordomudo

Un jefe de la mafia descubrió que su Contable había desviado 10 millones de dólares de la caja.
El Contable era sordomudo.
Por eso fue admitido en el trabajo, pues como no podía oír nada, en caso de una eventual detención y  proceso, no podría actuar como testigo.
Cuando el Jefe le fue a preguntar por los 10 millones, llevó consigo a su Abogada, que conocía el lenguaje de las señales de los sordomudos.
El jefe pregunto al Contable:
 - ¿Donde están los 10 millones que te llevaste?
La Abogada usando el lenguaje de las señales, le hizo llegar la pregunta al Contable, que a su vez respondió con señales.
- Yo no sé de que están hablando.
La Abogada lo tradujo para el jefe.
- Él dice que no sabe de que le hablamos.
El mafioso saco una pistola calibre 357 Magnum y apuntó a la cabeza del contable, gritando:
- Pregúntale de nuevo...
La Abogada  por medio de señales le dijo:
- Él te va a matar si no le cuentas donde está el dinero.
El Contable respondió con señales:
-Ok, ustedes ganaron, el dinero está en una valija marrón de cuero, que está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Enzo, en el Nº 400 de la calle 26, bloque 6 del barrio de Santa Martha, mi primo no está ahora y regresara en dos meses.
El mafioso le preguntó a la Abogada.
- ¿Qué dice?
La Abogada respondió:
- Dice que se la chupe y que se caga en  la puta madre que lo parió, que no tiene miedo de morir y que le faltan muchos huevos para apretar el  gatillo....;
Moraleja: Si las mujeres fueran buenas, Dios tendría una, y si se pudiera confiar en ellas, el diablo no tendría cuernos.

El cierre de la falda

Cuando el autobús se detuvo a recoger a los pasajeros, ella se dio cuenta de que su falda era demasiado estrecha para permitirle dar el paso para subir. 
Algo avergonzada le sonrió al conductor, llevó la mano hacia  atrás y bajó un poco la cremallera de la falda pensando que tal vez eso ayudaría. Intentó subir, pero no pudo.
Sintiéndose todavía  más avergonzada, bajó la cremallera un poco más y volvió a intentar subir al bus, pero sin éxito. Casi llorando de la vergüenza bajó del todo la cremallera y de nuevo no pudo subir al autobús.
Entonces  un tipo alto que estaba detrás de ella en la fila la levantó por la cintura y la subió al autobús.  Furiosa, ella se volvió hacia el  buen samaritano y le gritó: "¿Cómo se atreve a tocarme? ¡Yo a usted no le conozco!"
El hombre, con una amplia sonrisa, dijo suavemente:  "Bueno, señora, yo normalmente no hago esas cosas, pero después de que usted me bajó 3 veces la bragueta de mi pantalón, me figuré que ya éramos amigos..."

Sexoterapia

Una mujer llegó a su casa y le dijo al marido:
- ¿Te acuerdas de esas jaquecas que me daban cada vez que íbamos a hacer el amor? Ya mejoré!!!
- Cómo, ¿ya no tienes más dolor de cabeza!!!? el marido le preguntó.
La esposa le respondió:
- Mi amiga Mary me indicó un terapeuta que me hipnotizó. El médico me pidió que me parase frente a un espejo y repitiera para mí misma:
No tengo más dolor de cabeza, No tengo más dolor de cabeza, No tengo más dolor de cabeza, No tengo más dolor de cabeza
Bueno hice eso, y mi dolor de cabeza desapareció.
El marido todo maravillado le respondió:
- ¡¡¡Qué maravilla!!! ¡Esto es fabuloso!.
La esposa aprovechó la oportunidad y le dijo:
- Mi amor como últimamente no tienes mucho interés en tener sexo, ¿por qué no visitas a este médico?, tal vez te pueda curar, y tengas ganas nuevamente.
El marido le hizo caso y pidió una hora donde este médico fabuloso. Después de unos días de terapia quería tener una noche ardiente con su esposa. Comenzó a sacarse la ropa y arrastró a su esposa a la cama. La acostó y le dijo:
- ¡No te muevas que ya vuelvo!
Fue al baño y cuando volvió, saltó sobre la cama e hizo el amor con su esposa de una forma muy ardiente, como nunca antes lo había hecho con ella. La esposa toda asombrada le dijo:
- ¡¡Ay mi amor, fue maravilloso!!
El marido nuevamente le dijo:
- ¡No te muevas que ya vuelvo!
Fue al baño, y la segunda vez fue mejor que la primera. La mujer no quería más, estaba en éxtasis con esa maravillosa experiencia.
El marido le dijo nuevamente:
- ¡No te muevas que ya vuelvo!
Fue al baño, pero esta vez la mujer lo siguió sin que él se diera cuenta.
El marido estaba frente al espejo y repetía para sí mismo:
No es mi esposa..., No es mi esposa..., No es mi esposa..., No es mi esposa.
Nota: El velatorio del esposo será mañana a las 10 en la capilla de los Jardines del Recuerdo

En el Juzgado

La jueza a la prostituta:
"Entonces, ¿cuándo se dió cuenta usted que  había sido violada?
La Prostituta (secándose las  lágrimas):
"Cuando el cheque me vino  rechazado"..............